Para la mayoría de los padres este tema es de gran preocupación. Lo primero que tienen que tener claro es que la lonchera escolar va formar parte de la merienda de la mañana y/o de la tarde y que en ningún momento debe ser considerada la sustitución del desayuno ni del almuerzo. Durante el sueño, el niño está sometido a por lo menos a 8 horas de ayuno y el desayuno (antes que la merienda escolar) aportará a su organismo los nutrientes necesarios para empezar su jornada diaria.
Entre estos nutrientes se encuentra la glucosa, principal fuente de combustible del cerebro y el músculo. Si nos ponemos en la situación de un niño que va al colegio y orienta todo su cerebro a trabajar en el proceso de aprendizaje, y consideramos que en el momento del recreo, el niño por lo general juega, corre, salta y realiza muchas actividades que ameritan trabajo muscular, comprenderemos mejor su importancia. Si el niño después de sus horas de sueño y ayuno no ingiere una cantidad adecuada de alimentos, estas funciones se verán comprometidas, aparte traerá un descenso brusco de los niveles de glucosa en sangre (hipoglicemia) y los consecuentes “desmayos”.
Los nutricionistas definen la merienda como aquel tipo de comida ligera que se consume para reponer la energía utilizada y esperar para el próximo momento de comida, con el objetivo de mantener la actividad del metabolismo con estabilidad de nutrientes en sangre y energía para el cerebro y demás órganos. En los niños la merienda ayuda a mantener el cerebro en funcionamiento y a no alterar el proceso normal de crecimiento. La merienda, también conocida como lonchera, tentempié, aperitivo o colación debe permitirnos engañar el hambre, pero no debe nunca sustituir a las comidas principales, sino servir sólo de complemento. Sin embargo, este tipo de comida se debe contemplar como parte de su consumo total de calorías.
Debido a la importancia de este tema, quisimos darte unas recomendaciones y #MegaTips acerca de la merienda escolar para tus hijos.
CANTIDADES Y CONTENIDO
A partir de los dos años de edad, el niño debería hacer cuatro comidas al día: desayuno, almuerzo, merienda, cena y la posibilidad de un refuerzo lácteo antes de acostarse; mientras que aquellos con edades comprendidas entre cuatro y seis años, deben realizar tres comidas y dos meriendas. Aquí, es cuando se incluye la merienda escolar.
Para que la merienda sea realmente saludable y conserve su función, permitiendo mantener activo el organismo y llegar con menos hambre a la próxima comida, lo aconsejable es que se constituya de alimentos ricos en proteína, que dan saciedad, así como de almidón y fibra. Si a lo anterior se le agrega alimentos con alto porcentaje de nutrientes, será mucho mejor.
En la merienda se debe incluir lácteos, carbohidratos y frutas:
- Los lácteos aportan proteínas de alta calidad biológica y es la fuente más importante de calcio, mineral fundamental para los huesos y dientes de tu hijo.
- Los carbohidratos son una fuente importante de energía, la cual le permite realizar todas las actividades como respirar, pensar, caminar, correr, jugar, bailar, etc.
- Las frutas proporcionan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra alimentaria, nutrientes que permiten un correcto funcionamiento del cuerpo de tu hijo y aumenta sus defensas, protegiéndolo contra enfermedades.
Es importante disminuir el consumo de alimentos con alto contenido de azúcares y grasas (golosinas, bebidas azucaradas, jugos en polvo, galletas, bizcochos, tortas, helado, chocolate y chuherías). Los mismos aportan calorías en exceso y nutrientes perjudiciales, lo que favorece el desarrollo de obesidad y enfermedades cardiovasculares, las cuales están siendo cada vez más prevalecientes en los niños, debido a una inadecuada selección de alimentos.
PREPARACIÓN Y CONSUMO
Como parte de la dieta, la merienda debe ser equilibrada, variada y completa. No hay que dar normas rígidas y es preciso adaptarla e individualizarla, ajustándola a las necesidades y estilo del niño, valorando sus gustos, costumbres y la economía familiar. En los niños, la presentación de las comidas debe transmitirle a la vista que comer saludable es divertido. Deben invitar a disfrutar la comida y nunca premiar o castigar con alimentos.
Se sugiere establecer un horario para realizar la merienda y cambiar con frecuencia los alimentos a consumir, brindándole al niño la oportunidad de consumir una alimentación variada y de elegir entre alternativas saludables que sean atractivas al paladar, logrando así la aceptación de nuevos alimentos.
Pasos para una merienda más nutritiva:
- Incluya varios grupos de alimentos en la merienda, por ejemplo lácteos, frutas, vegetales, carbohidratos (granos o cereales y verduras harinosas).
- Sea creativo. Cuando vaya a preparar un sándwich utilice diferentes tipos de pan (pita, flat, pan para pizza, bollito para cena, pan integral) y tortillas (trigo, maíz) para variar las meriendas.
- Ofrezca repetidamente un alimento. A veces los niños solamente quieren comer un alimento y hay que ofrecerles repetidamente otros alimentos para que los prueben, algunas veces los aceptan y otras veces no, pero es fundamental que experimenten. Los niños experimentan usando el tacto, la vista y el sabor. Mantenga el interés de los niños incluyendo diferentes formas, colores y texturas.
- Enseñe a los niños que hay alimentos que se recomienda consumir todos los días (por ejemplo: frutas, vegetales, leche y lácteos) y otros alimentos se pueden consumir ocasionalmente (chocolates, dulces, galletas rellenas, repostería).
- Involucre a los niños en el planeamiento, compra y preparación de las meriendas. Es más probable que ellos se coman la merienda que han escogido entre las opciones saludables que usted les dé.
- Trate de dejar todos los alimentos listos y a la mano la noche anterior para que al día siguiente tenga tiempo de preparar las meriendas nutritivas.
Tome en cuenta que los niños que toman bebidas azucaradas como gaseosas regulares, té frío, limonada y jugo de frutas consumen más calorías al día y presentan mayor riesgo de sobrepeso que los niños que toman menos bebidas azucaradas. Además las gaseosas y otros refrescos azucarados pueden desplazar otras bebidas nutritivas de la dieta de los niños y adolescentes como la leche (necesaria para prevenir la osteoporosis) y el jugo 100% natural (que puede prevenir enfermedades cardiovasculares y cáncer). Además, los refrescos azucarados pueden causar caries dentales.
Esperamos que nuestros #MegaTips les ayuden a preparar meriendas escolares más saludables y beneficiosas para los niños.
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