El actual ritmo laboral hace que una gran cantidad de personas pasen casi todo el día encerradas en una oficina, sentadas frente a una computadora.
Cierto es que no es posible hacer gimnasia en estos lugares, pero no menos real es que existen ejercicios que se pueden hacer en o cerca de su escritorio, para de esta forma lograr aumentar los niveles de energía, aliviar el estrés, quemar calorías, y estar mucho más entonados y saludables.
Cierto es que no es posible hacer gimnasia en estos lugares, pero no menos real es que existen ejercicios que se pueden hacer en o cerca de su escritorio, para de esta forma lograr aumentar los niveles de energía, aliviar el estrés, quemar calorías, y estar mucho más entonados y saludables.
En MegaOffice no escapamos a esta realidad y estamos conscientes de que muchas veces tenemos que pasar extenuantes horas en nuestros lugares de trabajo, es por esto que decidimos hacer una lista de sencillos pero efectivos ejercicios que puedes realizar en tu oficina.
Es recomendable que realices estos ejercicios con la mayor discreción posible, para lo cual será importante que sepas cuáles son los momentos que serían apropiados para realizarlos dentro de tu ambiente de trabajo sin afectar tus responsabilidades laborales.
A continuación, te presentamos algunos de estos ejercicios:
- Con los brazos a los costados, da un paso lo más amplio posible hacia delante con tu pierna derecha, hasta que el muslo quede paralelo al piso. Utilizando la misma pierna, regrese a su posición de comienzo. Repite el ejercicio con la pierna izquierda. También podrías hacer pequeñas caminatas dentro del entorno si el espacio te lo permite.
- Con la espalda tocando la pared, mueve los pies bien lejos de ella, hasta que la pared sostenga todo el peso de su espalda. Dobla las rodillas para que las piernas formen un ángulo de 90 grados. Manténte en esa postura tanto tiempo como puedas.
- Párate firmemente frente a una silla, con los pies separados. Dobla las rodillas como si te sentara en la silla, cargando el peso de su cuerpo sobre los talones. Cuando tus piernas estén paralelas al asiento de la silla, sube lentamente hasta llegar a la posición original -es decir, cuando estabas parado-.
- Párate firmemente con los dedos de los pies apuntando directamente hacia delante. Luego, dobla lentamente las rodillas en la dirección de los dedos, hasta que no puedas ver más, desde ningún ángulo, esos dedos. Lentamente, regresa a la posición de inicio.
- Durante el desayuno o los tiempos para el café, intenta hacer ejercicios de estiramiento y precalentamiento. Para esto, levanta y baja los talones del piso, utilizando tu escritorio o un archivador para lograr equilibrio.
- De vez en cuando, trata de abandonar la postura que mantienes en tu asiento. Para eso, asómate a tu vecino, siéntate y párate de tu silla, levanta y baja los dedos manteniendo los talones en el suelo, levanta y baja los talones manteniendo los dedos en el suelo, o da pequeñas caminatas alrededor del entorno.
- Realiza ejercicios para los glúteos, sentándote o parándote, y manteniendo apretados por un tiempo esos músculos, para luego relajarlos.
- Si estás sólo, tírate al piso y haga algunos ejercicios abdominales, como apoyar la espalda con las rodillas dobladas para luego intentar tocarlas, contar hasta dos, y luego regresar al piso. Asimismo, mantente en el piso para hacer otro tipo de abdominales, como por ejemplo con las piernas estiradas o con las piernas sobre un banquito o contra una pared.
- Con las palmas de las manos en una silla -y de espaldas a ella- y los pies en el piso, ve bajando la cola hasta el final de la silla (dobla los codos, y ve bajando el cuerpo), para luego poner derechos los brazos y volver a la posición de comienzo.
- Disminuye la tensión subiendo los hombros, es decir levantándolos incluso hasta las orejas, manteniendo esa posición, y luego relajándolos.
Por último, si no estás familiarizado con los ejercicios de entrenamiento, también podrías buscar la ayuda de un entrenador personal o de alguien que sepa al respecto, para poder comenzar apropiadamente y no frustrarte en el intento.
Asimismo, consulta siempre a tu médico antes de comenzar un programa de ejercicios, para evitar sufrir problemas de salud y/o lesiones.
Recuerda que siempre será muy importante que realices antes ejercicios de calentamiento, o bien comiences a ejercitar gradualmente.
Te sería muy útil usar ropa cómoda -si es que se puede concurrir al trabajo con un look casual-, o bien tener a mano un conjunto deportivo, que podría guardar en una gaveta de la oficina, para cambiarse cuando tenga un tiempito libre para hacer estos ejercicios.
En todos los casos, realiza suficientes repeticiones de cada ejercicio hasta sentir algo de fatiga, con el fin de cerciorarte de que los músculos estén trabajando.
Esperamos que algunos de estos ejercicios los puedas poner en práctica en tu lugar de trabajo para así mantenerte siempre alerta y en buena forma.
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