Para la mayoría de los padres este tema es de gran preocupación. Lo primero que tienen que tener claro es que la lonchera escolar va formar parte de la merienda de la mañana y/o de la tarde y que en ningún momento debe ser considerada la sustitución del desayuno ni del almuerzo. Durante el sueño, el niño está sometido a por lo menos a 8 horas de ayuno y el desayuno (antes que la merienda escolar) aportará a su organismo los nutrientes necesarios para empezar su jornada diaria.
Entre estos nutrientes se encuentra la glucosa, principal fuente de combustible del cerebro y el músculo. Si nos ponemos en la situación de un niño que va al colegio y orienta todo su cerebro a trabajar en el proceso de aprendizaje, y consideramos que en el momento del recreo, el niño por lo general juega, corre, salta y realiza muchas actividades que ameritan trabajo muscular, comprenderemos mejor su importancia. Si el niño después de sus horas de sueño y ayuno no ingiere una cantidad adecuada de alimentos, estas funciones se verán comprometidas, aparte traerá un descenso brusco de los niveles de glucosa en sangre (hipoglicemia) y los consecuentes “desmayos”.
Los nutricionistas definen la merienda como aquel tipo de comida ligera que se consume para reponer la energía utilizada y esperar para el próximo momento de comida, con el objetivo de mantener la actividad del metabolismo con estabilidad de nutrientes en sangre y energía para el cerebro y demás órganos. En los niños la merienda ayuda a mantener el cerebro en funcionamiento y a no alterar el proceso normal de crecimiento. La merienda, también conocida como lonchera, tentempié, aperitivo o colación debe permitirnos engañar el hambre, pero no debe nunca sustituir a las comidas principales, sino servir sólo de complemento. Sin embargo, este tipo de comida se debe contemplar como parte de su consumo total de calorías.
Debido a la importancia de este tema, quisimos darte unas recomendaciones y #MegaTips acerca de la merienda escolar para tus hijos.